domingo, 13 de diciembre de 2009

Crónica de Gracia Iglesias sobre la noche 89.

Para mí volver a Sevilla es siempre una buena noticia. La mejor de las noticias, de hecho, porque en esas tierras hispalenses se encuentran muchas personas a las que quiero desde hace años y otras que voy conociendo en cada visita y que se van sumando al ejército de poetas, artistas y gente maravillosa que puebla los resquicios de la poesía baretera en Las Noches del Cangrejo y otras manifestaciones de Perfopoesía, en espacios tan singulares como El Perro Andaluz o la Sala FLI (otra de esas locuras del inimitable Pepe Quero que no he tenido tiempo de visitar en esta ocasión pero que espero conocer muy pronto.)

El jueves pasado tuve la suerte de compartir la "buena noticia" de una fugaz visita a ese Sur que tanto me convoca con mi amiga la poeta Nuria Ruiz de Viñaspre, con la que volé en el AVE para acudir al encuentro de mis amigos "cangrejos" Nuria Mezquita (Dalton Trompet) y Antonio G. Villarán (El Cangrejo Pistolero) y todos "sus" chicos y chicas de La Revuelta Sureña. ¡Qué alegría reencontrarme con la polifacética y atareada hormiguita-creadora Laura Rosal! Allí estaban también la siempre encantadora Vicky (Victoria Moreno); Javi, el Gato Nocturno más famoso de Sevilla; un destello veloz (y siempre elegante) que se parecía a mi querida artista Ana Arcas; otra estrella fugaz que se asemejaba mucho a Jesús Vega (alias Yellow Ping o el padrazo del momento); y también mis más queridas hebras de La Madeja de Palabras: Lola Crespo y Carmen Gusanillo (cuando se pone seria algunos la llaman Carmen Herrera, vaya usted a saber por qué).

En una noche de lo más intensa conocí (¡por fin en carne y hueso!) al hombre empeñado en que los poetas del mundo nos hagamos afines: Agustín Calvo Galán; también puse cara a Sergio "de Londres"; y me reencontré con otro gran tejedor de redes poéticas, Francisco Cenamor (Cena); con el pintor de bosques Miguel Gómez Losada; con Nacho Montoto, con Eduardo Chivite (para mí San Chivi) y con tantos y tantas más que esta lista no acabaría nunca.




Agustín Calvo Galán fue el encargado de abrir la velada a tres voces, con una poesía atrevida de explícito erotismo que acompañó con la acción de ir anudándose discretamente al cuello distintos tipos de "corbatas", empezando por el convencional complemento de vestir masculino y terminando con una estola de cartón -superpuesta a un trozo de cuerda sórdido y deshilachado- que le confería un extraño aspecto curial.




Después subió al escenario Nuria. Con voz templada e hipnótica leyó poemas de sus libros "El pez místico" (Olifante) y "Tablas de carnicero" (inédito), acompañando los versos del primero con el maravilloso telón de fondo de un vídeo de Pipilotti Rist y música de Max Richter y las estremecedoras metáforas del segundo con una mezcla de poderosas imágenes y la envolvente voz de una soprano (desconozco de qué tema se trataba, pero creaba un poderoso efecto con los vídeos de vacas destripadas, animales en formol de Damien Hirst, asesinatos masivos, fotografías históricas de masacres mundiales.





Con ese listón tan alto, después de una breve pausa, me llegó el turno a mí. Llevando puesta una máscara antigás recité los poemas "La Coraza" y "No cojan sus objetos personales", a los que siguió un pequeño repertorio de poemas inéditos que recité, ya libre de mi la asfixiante capucha, acompañando mis palabras con el sonido de un salterio de arco artesanal, hecho por el luthier y músico de la naturaleza alemán Hannes Heyne, a quien conocí el pasado septiembre en Dresde y que hace verdadera magia con la madera, las rocas y el agua. Aquí os dejo algunas fotos preciosas que hizo Laura Rosal (también las del recital de Nuria son de ella):












Al acabar mi recital no pude evitar un recuerdo para nuestros hermanos saharauis y para la luchadora Aminatou Haidar


Al día siguiente Javi Gato se convirtió en nuestro guía de lujo por la Sevilla de sus poemas. Aquí nos veis a Nuria y a mí con el felino cronista de la noche hispalense y con Laurita (Tournesols), bajo los rayos de un sol que "masturbaba a Hércules y a Julio César".


Fuente: El Vals de los Elefantes

1 comentario:

Francisco Cenamor dijo...

Quedará, esa noche, para el postrer recuerdo.