lunes, 9 de noviembre de 2009

Carmen Valladolid, Sevilla


Carmen Valladolid (Madame Guignol) no escribe, dibuja. Cuenta y suma letras sin olvidar la matemática que mueve al sentimiento. Por ello, a veces salen poemas, cuentos para grandes o historias para chicos… Ha obtenido varios premios que han aportado más ganas de seguir sumando palabras y cada vez que un cachito de su imaginación llega a otras manos, se siente igual de feliz que cuando pisa sin querer una hoja crujiente en el otoño. Carmen se mira en los ojos que miran su obra y por ellos sigue adelante inventándose a sí misma. Ella un día quiere ser mariposa. Como no puede “barajar” tanta letra como le asalta en cualquier parte, decidió tener otra mujer por dentro para que le ayude; así a veces se convierte en Madame Guignol. En su currículo no importa tanto qué premios o qué fechas, sino cuánta gente se vio reflejada en algún sonido o dibujo de los que ella inventa. Tiene una cajita donde guarda las sonrisas de los niños y los viejos. Cuando una tarde llueve o se pone triste, la abre y se pone a soñar. Si escribe necesita saber a qué huele cada palabra y si piensa en un libro le dan ganas de darle lengüetazos. Ah, también cree que lo que no ve, sí la ve a ella.


pec - a - 2

me diste siete besos
o mordiscos

en esta mañana
la niebla me malgasta
y circulo inadvertida

anidan contornos
de lo que no pasó
en la costilla izquierda

por mi seno va tu boca
de esa forma suave
que no fue contigo

se sube el color
de cada beso olvidado
y reclaman osadía
para seguir besando
lejos de las fronteras

los veo medio torpes
mientras me borro
del espejo de tu mano

hacia la contradicción
dirigen la plegaria





a la derecha
el norte
confeccionado con huecos del silencio
a la izquierda
- además de mi costilla -
el sur
donde tejo membranas para mimos

ahora sé
que soy capaz de volarme
la tapa de los sesos
y también
abrir mi sexo en canal
para el amor
hecho de pájaros azules


Del poemario Inédito “Boca a Boca”

No hay comentarios: