lunes, 15 de diciembre de 2008
Olla de Grillos, de Juan Luis Pineda.
Olla de grillos
PINEDA, Juan Luis
Kainós Producciones
En esta nueva era en que las telecomunicaciones parecen estar relegando al texto impreso y a todas las criaturas de la galaxia Gutenberg a un estado más que precario, a nadie se nos ocurrió que este fenómeno pudiera deberse también a una suerte de involución de la literatura que busca como cauces de expresión no ya las nuevas tecnologías cibernéticas, sino el canal de la oralidad tan cultivado en la poesía medieval por los juglares, trovadores, troveros, minnesängers, etc. así como en las posteriores composiciones de carácter más popular. Efectivamente: a partir de las diversas teorías sobre la constitución del canon literario y de sus márgenes se han ido viendo cada vez con mayor frecuencia a las letras de las canciones compuestas por muchos músicos como textos absolutamente poéticos que, al difundirse de forma oral a un público muy amplio y variopinto, no cuentan con el estatus canónico de las obras difundidas por el canal impreso con el fin de ser leídas. Uno de estos novísimos e ilustres juglares de la posmodernidad es Juan Luis Pineda, cantante y cantautor gaditano.
Juan Luis Pineda vuelca su preciosa voz cristalina en Olla de grillos, un disco con doce poemas cantados acompañados de un brillante prólogo de Caballero Bonald y un no menos excelente epílogo del crítico musical Fernando González Lucini. Como indica el título, en el disco bullen y se agitan escandalosamente las voces de doce vidas, doce sentires: la prostituta, el marido abandonado y vitalista, el poeta, el hombre desolado, el rebelde... Todos ellos evadidos de las páginas impresas y devueltos a la vida por la voz del cantante, que los hace saltar de júbilo hasta el oído del espectador y de ahí a su alma.
El tono de esta selección de poemas es como la música de Pineda: dulce pero intensa, llena de fuerza, caliente como la sangre y los cuerpos con vida. Todos ellos rezuman un jovial vitalismo, unas ansias por existir y por hallar la felicidad en la existencia misma, observando los problemas de la vida con optimismo y ganas de solucionarlos por medio de la solidaridad.
Un ejemplo del nuevo arte juglaresco del siglo XXI que trasciende las fronteras tradicionales de la difusión y de los géneros de la literatura que no podéis dejar de oír.
Por Javier Gato.
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